4.1.16

Entonces cada vez que bajo las escaleras y abro la puerta del edificio, soy el primer hombre que camina la tierra. Veo los árboles, y los llamo arboles porque me sigue pareciendo un buen nombre. Unos metros más adelante sale agua de un caño roto, corre por el cordón e inunda la esquina. Es atractiva el agua y es agradable verla correr. Quizás se pregunten que les sucedió a las personas. Nada, siguen ahí pero en este momento elijo ignorarlas. No persigo en esta fantasía ningún fin poético. Técnicamente nada de esto es cierto, pero pasé tanto tiempo confundido, viviendo cada día como si fuera el último que la idea de porvenir me presenta al mundo como un planeta nuevo. 

1 observaciones :

Anónimo dijo...

Admiro su redacciòn y espero mas todo el tiempo. muchas gracias

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