Entonces cada vez que bajo las escaleras y abro la puerta
del edificio, soy el primer hombre que camina la tierra. Veo los árboles, y los
llamo arboles porque me sigue pareciendo un buen nombre. Unos metros más adelante
sale agua de un caño roto, corre por el cordón e inunda la esquina. Es
atractiva el agua y es agradable verla correr. Quizás se pregunten que les sucedió a las personas. Nada, siguen ahí pero en este momento elijo ignorarlas. No persigo
en esta fantasía ningún fin poético. Técnicamente nada de esto es cierto, pero
pasé tanto tiempo confundido, viviendo cada día como si fuera el último que la
idea de porvenir me presenta al mundo como un planeta nuevo.
1 observaciones :
Admiro su redacciòn y espero mas todo el tiempo. muchas gracias
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