2.6.14
Es difícil perderse si no sabes a donde vas.
Todo lo que está en el mundo es aquello que pudimos pensar y sus combinaciones posibles. Pero no solo lo que imaginamos, sino también lo que surgen de problematizar el producto de esos pensamientos. Un acontecimiento tras otro genera un sistema, un proceso incluso histórico que puede frustrarse. Porque aquello que de alguna manera nos es útil y tenemos naturalizado –como el arte– a veces solo es perceptible cuando no funciona. El curador en algunos casos es un técnico que se vincula con el “artefacto” obra. La práctica de conjeturar es un experimento controlado, casi científico. Pero el científico no encuentra solo aquello que va a buscar, sino también aquello que interviene en su búsqueda, una imprevisión que se interpone en el plan. Por supuesto, tiene que existir una intención que favorezca ese encuentro. La obra de arte es un singular en un sistema de generalidades. Una obra de arte “funciona” en este conjunto de particularidades cuando produce una información que desorienta. A veces la obra existe en un río revuelto, donde el curador opera de tutor, asistiendo para que esta obra que probablemente haya extraviado su curso se disfrace de una hipótesis nueva, aun cuando esta operación lo lleve a despistar más la obra. Aquí es necesario un voto de confianza fundando una relación de compromiso curador – espectador – obra – artista – institución, una combinación riesgosa pautada intrínsecamente. Aun cuando el arte, la materia con la cual se construyen estos tratos entre partes, continué siendo interrogado.
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Comentarios de la entrada
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3 observaciones :
Te seguí durante un tiempo
luego me salí
como en esas puertas giratorias....
te vuelvo a encontrar
hoy...
hola david.
hola VonB. Bienvenido/a de vuelta.
me doy por bienvenida
merci, david
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