Cuando deseamos conocer la naturaleza de la oscuridad en lo
propio y en el mundo, todos somos esencialmente paranoicos. Es un modo de
razonamiento lógico inscripto en el corazón mismo de la naturaleza humana. El
paranoico enfrenta la búsqueda del conocimiento desde un supuesto de complot contra él, pero en la salud, esta mecánica de la sospecha es la
estructura misma de nuestra búsqueda de conocimiento. Nos preguntamos por la
verdad, deseamos conocer y recordar. Sabemos que cuando evocamos una memoria,
se hace inestable y cuando la volvemos a guardar jamás la vamos a recordar tal
cual era. Nuestro psiquismo instala sentido en ese recuerdo y cada repetición
lo retorna más inexacto, atiborrado de emociones. El lóbulo frontal actúa
decidiendo que incorporar a ese recuerdo antes de grabarse en el hipocampo.
Las personas con el lóbulo frontal dañado saben que está bien y que está mal, sin embargo eligen el riesgo, la recompensa inmediata. No pueden resistir la tentación aunque les sea perjudicial a largo plazo. Este síntoma recibe el nombre de Miopía de futuro.
Las personas con el lóbulo frontal dañado saben que está bien y que está mal, sin embargo eligen el riesgo, la recompensa inmediata. No pueden resistir la tentación aunque les sea perjudicial a largo plazo. Este síntoma recibe el nombre de Miopía de futuro.
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