Durante la conversación, entre otras
cosas, conto que cuando estudiaba anatomía pidió huesos en el cementerio, y no
se los habían dado limpios. Me dijo que con oxígeno se limpian se les quitan
los pelitos y restos de piel. Finalmente nunca uso los huesos, quedaron en la
bolsa en el lavadero. Cuando pensó en tirarla la madre le dijo era una locura
sacar restos humanos a la basura, podrían acusarlo de asesinato o algo
terrible, que alguien podría abrir las bolsas de basura y sería un desastre. Después
nos explicó para que servía cada uno de los huesos de la cabeza.
El amigo que comía con nosotros tenía un
hermano recién trasplantado, decía que estaba a punto de donarle su riñón pero
que justo llamaron del hospital para decirle que ya había localizado una
donante. Nos contó que cuando aparece el órgano, hacen una lista de cinco
personas que necesitan trasplante, las convocan y les hacen chequeos de compatibilidad.
Si el primero no puede recibir el órgano, pasan al segundo y así. Contaron que
en la morgue de la plata hay unos piletones llenos de cabezas, otros llenos de
brazos, todos en formol. Que el olor a formol no se te va nunca más. Otra chica
conto que pidió una cabeza en el cementerio y la trajo en una caja todo el
viaje de colectivo. Se la ofreció a otro chico que recién empezaba la carrera,
pero el chico le dijo que no, que gracias, que ya tenía una.
4 observaciones :
genio te mandé mail! ya entró el libro a imprenta!
kissssss-
que groso, estoy en el futuro, tengo el libro en la mano!
Buenísimo este David.
gracias german
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