La mitad de las personas que conozco, quiero o me vinculo, habrían muerto hace 50000 años. Yo mismo, con dificultades respiratorias al nacer, habría fallecido luego del parto. Un miope, en el paleolítico superior, era devorado miles de años antes de cualquier operación de cornea posible. Un diabético y su páncreas inconstante serian rechazados por un sistema al cual el hombre debía adaptarse, donde un hueso roto o una carie era el principio de una extensa y pavorosa agonía. Más tarde inventamos los transplantes de órgano y sobrevivimos. Ególatras y caprichosos, no nos adaptamos al medio ambiente, adecuamos el mundo a nuestras imposibilidades. Inmediatamente después concebimos el pensamiento abstracto y con el, la eventualidad de que el mundo se termine o que la civilización sucumba. Es como dormir, el mundo no se apaga, nosotros cerramos los ojos.
Una crisis se puede leer en un espacio de tiempo poético, casi como en el que los dinosaurios se extinguieron, pero también es posible percibir que el escenario de esa angustia es ahora, que es perenne, ineludible y común a todos. Mi vida tiene un principio y una conclusión, mi especie se va a extinguir. Todo lo que suceda en el medio se conservara en un periodo de tiempo histórico que desaparecerá conmigo.
Escatología significa “conjunto de creencias referentes al fin de los tiempos”. También es el estudio del excremento. No puedo ni quiero entender todo pero me detengo un ratito en cada cosa.